¿Qué le hace el cannabis a nuestro cuerpo?
El THC actúa principalmente uniéndose parcialmente a los receptores CB1 y CB2; mientras que el
CBD no se une a dichos receptores sino que utiliza
otras vías de acción en buena parte aún desconocidas. Un posible mecanismo de acción sería el actuar
inhibiendo el metabolismo de la degradación de los
endocannabinoides, de tal modo que les permitiera
mantenerse más tiempo en el organismo ejerciendo
así sus efectos terapéuticos El CBD también parece
tener acción antagonista de los CB1 y agonista inverso de los CB2. Su agonismo inverso sobre los CB2
explicaría su efecto antiinflamatorio por inhibición
de la migración celular.
Los efectos psicológicos del
cannabis generalmente son bifásicos, con un período
inicial de estimulación (euforia, bienestar, aumento
de la percepción, ansiedad), seguido de un período
de sedación (relajación, somnolencia, ensoñación). Se
produce agudización de las percepciones visuales, auditivas y táctiles, así como distorsión de la percepción
del espacio y el tiempo, se altera la memoria reciente
y existe dificultad en la concentración, se disminuye la
atención y la coordinación motora. Tras el consumo
agudo, el THC aumenta ligeramente la presión arterial y la frecuencia cardiaca y puede producir bajada de tensión (hipotensión ortostática), aunque con el
consumo continuado se desarrolla tolerancia a estos
efectos, es decir, son más leves; estos efectos cardiovasculares no se han asociado a problemas médicos
coronarios, al menos en personas sanas, pero en personas ancianas con problemas cardiovasculares estos
efectos contraindican su consumo. El CBD, por su
parte, tiene efectos antihipertensivos.
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