viernes, 23 de febrero de 2018

¿Qué le hace el cannabis a nuestro cuerpo?



El THC actúa principalmente uniéndose parcialmente a los receptores CB1 y CB2; mientras que el CBD no se une a dichos receptores sino que utiliza otras vías de acción en buena parte aún desconocidas. Un posible mecanismo de acción sería el actuar inhibiendo el metabolismo de la degradación de los endocannabinoides, de tal modo que les permitiera mantenerse más tiempo en el organismo ejerciendo así sus efectos terapéuticos El CBD también parece tener acción antagonista de los CB1 y agonista inverso de los CB2. Su agonismo inverso sobre los CB2 explicaría su efecto antiinflamatorio por inhibición de la migración celular. 

Los efectos psicológicos del cannabis generalmente son bifásicos, con un período inicial de estimulación (euforia, bienestar, aumento de la percepción, ansiedad), seguido de un período de sedación (relajación, somnolencia, ensoñación). Se produce agudización de las percepciones visuales, auditivas y táctiles, así como distorsión de la percepción del espacio y el tiempo, se altera la memoria reciente y existe dificultad en la concentración, se disminuye la atención y la coordinación motora. Tras el consumo agudo, el THC aumenta ligeramente la presión arterial y la frecuencia cardiaca y puede producir bajada de tensión (hipotensión ortostática), aunque con el consumo continuado se desarrolla tolerancia a estos efectos, es decir, son más leves; estos efectos cardiovasculares no se han asociado a problemas médicos coronarios, al menos en personas sanas, pero en personas ancianas con problemas cardiovasculares estos efectos contraindican su consumo. El CBD, por su parte, tiene efectos antihipertensivos.

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Por último, con relación a la posible toxicidad a largo plazo del uso médico del cannabis, en los estudios realizados hasta la fecha el tratamiento con cannabinoides tanto en forma de THC puro como en extractos comercializados como medicamentos (Sativex) no se han encontrado alteraciones psicológicas, psicopa- tológicas o neuropsicológicas en los pacientes al terminar los tratamientos. Tampoco se han encontrado evidencias de tolerancia ni de síndrome de abstinencia. En una revisión sistemática del perfil de seguridad del cannabis medicinal se revisaron 31 estudios realizados en los últimos 40 años que valoraban su seguridad concluyendo que la mayoría de los eventos adversos (96,6%) no son graves y no hubo diferencias significativas entre la incidencia de eventos adversos graves entre los grupos de cannabis medicinal y los de control. En conclusión, el uso terapéutico de marihuana herbal y de cannabinoides parece razonablemente seguro cuando se produce bajo supervisión médica.

lunes, 12 de febrero de 2018

El Cannabis y la enfermedad de Alzheimer (EA)


La enfermedad de Alzheimer es una enfermedad degenerativa que afecta a un número significativo de la población mundial y que ha ido creciendo su prevalencia e incidencia. En el año 2013 La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha presentado un informe sobre la demencia  en el que la presenta como una prioridad de salud pública por ser “una enfermedad costosa a nivel social, económico y de salud” y estima que en 2010 35.6 millones de personas vivían con demencia en el mundo. Pronostica que esa cifra si irá duplicando cada 20 años. El Alzheimer es la forma más frecuente de demencia representando entre el 60 y 70% de los casos.

Se trata de una enfermedad progresiva, altamente incapacitante cuyos elementos clínicos más característicos son el deterioro progresivo de la cognición, la memoria y la habilidad para llevar a cabo las tareas cotidianas, mismos que se acompañan de una afectación del control de las emociones y del comportamiento social. En las etapas tardías se presenta con dificultad para el reconocimiento de personas y lugares, desorientación, cuadros de agitación y comportamiento agresivo y necesidad permanente de cuidados externos. 

Los elementos patológicos característicos son depósitos de placas de amiloide formadas por una β-proteína, ovillos de neurofibrillas y la degeneración selectiva de sinapsis con pérdida neuronal fundamentalmente en áreas corticales y subcorticales del cerebro. 

No hay al presente tratamientos eficaces, por lo que la acción clínica se limita a tratar los síntomas y a recomendar medidas sociofamiliares y cuidados personalizados. Los cannabinoides están siendo estudiados para esta enfermedad por las propiedades que ya se enunciaran, a lo que se agregaría el hecho de que algunos cannabinoides, el THC y el CBD podrían tener acciones a sobre la producción, acumulación y eliminación de la β-proteína del amiloide y en la respuesta inflamatoria inducida por esa proteína

En este sentido, a nivel experimental animal hay varios estudios que muestran la acción de los cannabinoides afectando los mecanismos que producen el daño. Por ejemplo, un estudio reciente ha demostrado que el tratamiento a largo plazo con CBD previene el déficit de reconocimiento en ratones con Alzheimer, aunque los autores dicen que este efecto no se acompañó cambios en las placas de amiloide y del daño oxidativo. Otro estudio demuestra que el CBD interfiere en la producción del amiloide por un complejo mecanismo y promueve la sobrevida de las neuronas modificando el ratio de muerte programada (apoptosis)

A nivel clínico en un estudio retrospectivo de 2014, los autores estudiaron los registros de 40 pacientes diagnosticados con demencia hospitalizados en el McLean Hospital Geriatric Neuropsychiatry que fueron tratados con dronabinol durante siete días por trastornos de conducta y alimentación. Psiquiatras de geriatría utilizaron escalas para medir la agitación, aspectos clínicos y de funcionamiento, porcentaje de las ingestas en cada comida, sueño y eventos adversos. Los autores refieren una mejoría de todos los parámetros estudiados con 26 eventos adversos que no requirieron interrumpir la medicación

Dadas las acciones del THC a nivel cognitivo y su psicoactividad, estimamos que se requieren estudios que puedan demostrar la seguridad y eficacia en esta enfermedad para evitar agregar potenciales efectos adversos a una población que ya tiene reducido su capital cognitivo. No obstante, el CBD por carecer de esas acciones, y compuestos en los que el THC demuestre estar neutralizado en cuanto a sus efectos adversos, son líneas de investigación prometedoras para esta enfermedad.

 





lunes, 5 de febrero de 2018

¿Qué hace nuestro cuerpo con el cannabis? : Farmacocinética del Cannabis.



EL THC y el CBD son moléculas muy lipofílicas por lo que atraviesan con facilidad la barrera hemato- encefálica (BHE) permitiendo su entrada en el cerebro y tienen una elevada unión a proteínas plasmáticas y a los tejidos, particularmente a la grasa corporal, lo que prolonga sus efectos y su acumulación en el organismo. También atraviesan la barrera placentaria y se pueden acumular en la leche materna durante el período de lactancia llegando, como en el caso del THC, a concentraciones 8 veces superior que las plasmáticas. Por lo tanto, no se recomienda el uso de THC en el embarazo y la lactancia aunque en algunas condiciones clínicas de riesgo como una epilepsia grave o una toxemia gravídica precoz severa podría usarse CBD (al igual que ocurre con otros medicamentos que pasan a la leche materna y atraviesan la barrera placentaria). 


-En la imagen se muestra como nuestro organismo metaboliza de formas distintas los cannabinoides dependiendo de que vía de administración se usa. En el primer caso se ilustra la vía inhalada la cual lleva los cannabinoides directamente a la circulación general generando su efecto de inmediato y posteriormente el hígado metaboliza los cannabinoides. En la ilustración inferior se muestran los pasos que los cannabinoides siguen al ser ingeridos por vía oral, las enzimas hepáticas convierten los cannabinoides originales en metabolitos que posteriormente son eliminados por las diferentes vías.-

El THC se metaboliza rápidamente en el hígado convirtiéndose a 11-OH-THC, un metabolito que también es psicoactivo, pero también se puede metabolizar en otros órganos como pulmón (vía inhalatoria) e intestino. La eliminación del THC y del CBD es lenta debido a su elevada unión a las grasas, su alta unión a proteínas plasmáticas, la circulación enterohepática y, sobre todo, a la lenta redifusión del THC desde los tejidos al plasma. La vida media del THC es de aproximadamente una semana, pudiendo llegar en casos extremos al mes para su completa eliminación. Ésta en su forma original es mínima ya que la mayor parte aparece en forma de metabolitos que son eliminados principalmente por heces (68%) o en orina (12%), aunque también lo hacen a través del pelo, la saliva y el sudor.