sábado, 19 de mayo de 2018

Dolor, Cannabis como estrategia para combatirlo.

Dolor, Cannabis como una estrategia para combatirlo.




"Cada día hay más investigación en la que se demuestra que el cannabis puede ser tanto un coadyuvante de los fármacos convencionales existentes para tratar el dolor, como una medicina sustitutiva de dichos fármacos."

El dolor es un trastorno universal que supone uno de los mayores retos para la salud pública, tanto en términos clínicos como económicos y que no sólo afecta a la persona que lo padece, sino que tiene una inmensa repercusión en su entorno. No hay nada más desesperante para un paciente y sus allegados que el padecimiento por parte del primero de un dolor crónico, que cuando no es tratado adecuadamente puede llegar a afectar a la dignidad de la persona. Numerosas patologías médicas cursan con dolor: artritis, migrañas, lesiones neuronales, cáncer y un largo etcétera. Actualmente se dispone de una gran cantidad de fármacos para el tratamiento del dolor con un grado de eficacia variable, según cada paciente y cada patología. Cada día hay más investigación en la que se demuestra que el cannabis puede ser tanto un coadyuvante de los fármacos convencionales existentes para tratar el dolor, como una medicina sustitutiva de dichos fármacos. De hecho, de entre todos los pacientes que hacen uso de cannabis medicinal, una de las principales patologías por las que la usan es para tratar el dolor crónico. 


Por ejemplo, de las personas registradas en los programas de cannabis medicinal de los Estados Unidos, el 92,2% de los pacientes lo usan para el tratamiento del dolor grave y crónico. Con respecto a una muestra de 628 usuarios de marihuana medicinal en Canadá, el dolor estaba entre los tres principales síntomas. El 72% de los pacientes refirieron que la marihuana fue siempre útil y el 24% que lo era frecuentemente. Aunque algo más de la mitad de la muestra total manifestó usar otras medicaciones; de ellos, casi el 80% refirió que la marihuana tenía menos efectos secundarios que el resto de fármacos

Con relación al alivio de los síntomas, en una encuesta norteamericana compuesta en el 97% por pacientes con dolor crónico, se preguntó por el grado de alivio que experimentaban al utilizar cannabis: en una escala de 0 a 10 de intensidad del dolor, la disminución media fue de 5 puntos (7,8 a 2,8) entre antes y después de con- sumir cannabis, lo cual implica una disminución relativa promedio del 64%. La mitad de los encuestados informó también experimentar alivio del estrés y la ansiedad secundarios a la enfermedad y casi la mitad (45%) refirió alivio del insomnio. La mayoría de los pacientes (71%) no refirieron experimentar efectos adversos


El cannabis se ha utilizado durante miles de años para el tratamiento del dolor, pero ha sido en las últimas décadas cuando se ha empezado a acumular evidencia científica sobre su eficacia, así como de la implicación del sistema cannabinoide endógeno en los mecanismos de la analgesia, el cual ejerce modulación en todas las fases del procesamiento del dolor. 

El sistema endocannabinoide funciona de manera retrógrada, esto es, inhibiendo la activación de señales en respuesta a una actividad neuronal excesiva. Esta inhibición del disparo neuronal se manifiesta en las vías del dolor en forma de analgesia y reducción de la sensibilidad del dolor. Hay gran abundancia de receptores CB1 tanto en las áreas cerebrales encargadas de procesar el dolor, como en los nervios periféricos que transmiten las sensaciones dolorosas al cerebro, así como en las áreas cerebrales relacionadas con la valoración afectiva del dolor (áreas frontolímbicas). Por su parte, los receptores CB2 juegan un importante papel en la reducción de los procesos inflamatorios y, sobre todo, en la señalización del dolor y pueden ser de particular relevancia en los estados de dolor crónico. Además, tanto la anandami- da como el 2-AG han demostrado poseer propiedades analgésicas en numerosos estudios de modelos animales. El conocimiento de la implicación del sistema cannabinoide endógeno, junto con el cúmulo de evidencias provenientes de investigación animal, indica que la modulación farmacológica por medio de cannabinoides es una estrategia sumamente interesante para el tratamiento de los estados de dolores refractarios y crónicos. 


Hasta el momento, se han realizado ensayos clínicos tanto con marihuana como con diferentes cannabinoides naturales y sintéticos en los que han participado más de 1000 pacientes, mostrando eficacia en diferentes tipos de dolor crónico, siendo la mayoría de los estudios con pacientes de dolor neuropático  (un tipo de dolor resultante de una lesión en el sis- tema nervioso central y/o periférico) que se presenta en enfermedades propias del sistema nervioso como la esclerosis múltiple, pero también en otro tipo de enfermedades como la diabetes. Tanto el THC, como sus análogos sintéticos (nabilona y dronabinol) como el Sativex se han mostrado útiles en los ensayos clínicos realizados hasta el momento. Por su parte, el CBD, además de también poseer propiedades analgésicas , su capacidad para reducir los efectos psicológicos adversos del THC, así como su potencial como ansiolítico, hace que su combinación con el THC, o su presencia en la marihuana herbal, coadyuven con el THC para facilitar su propiedad analgésica. 

Por último, existen cada vez más estudios clínicos, investigaciones basadas en encuestas y casos an- ecdóticos, que muestran cómo en pacientes con dolor crónico en tratamiento con opiáceos, el uso de marihuana les permite reducir las cantidades de opiá- ceos que toman. Algo, por otra parte, que está en consonancia con la investigación animal y farmacológica, en la que existen abundantes estudios en los que se ha encontrado que la combinación de cannabinoides con opiáceos actúa sinérgicamente de tal modo que se necesitan dosis más bajas de opiáceos para conseguir el efecto analgésico, lo cual reduce considerablemente el riesgo de sobredosis.