¿Por qué el cannabis es una medicina?
La planta del cannabis es una auténtica máquina de
producción de compuestos biológicos. Sus flores sin-
tetizan más de 100 compuestos que son exclusivos de
la planta del cannabis y que se llaman cannabinoides,
aparte de terpenos y flavonoides (que tienen también
propiedades médicas), polifenoles, aminoácidos y
vitaminas, entre otros muchos, llegando a producir
hasta más de 500 compuestos químicos diferentes.
El principal compuesto psicoactivo del cannabis es
el THC (Delta-9-tetrahidrocannabinol), y también
el principal agente terapéutico. Junto al CBD (cannabidiol), el otro compuesto activo importante de la
planta pero que no tiene efecto psicoactivo, son los
compuestos que hasta el presente más se han estudiado y a los que se les atribuyen más usos médico.

Los principales endocannabinoides son la anandamida (araquidonoiletanolamida) y el 2-AG (2-araqui-
donoilglicerol), aunque poco a poco se van descubriendo más. Los receptores sobre los que se acoplan
los endocannabinoides son, principalmente, los
llamados receptores CB1 y CB2, si bien hay otros tipos de receptores sobre los que actúan, así como procesos enzimáticos implicados en la acción de los cannabinoides, encargados igualmente de la regulación
del SCE. Poco a poco se van descubriendo nuevos
mecanismos y acciones del SCE, lo cual permite cada
vez conocer mejor su papel en la implicación de diferentes enfermedades.
Los endocannabinoides actúan en el cerebro como
neurotransmisores; esto es, como sustancias encargadas de transmitir la información entre neuronas para
conseguir efectos fisiológicos específicos. El sistema
de neurotransmisión endocannabinoide es muy singular respecto al resto de los sistemas de neurotransimisión como el dopaminérgico, el glutamatérgico o
el serotoninértgico. En lugar de enviar los mensajes
desde la neurona “emisora” a la neurona “receptora”,
en el SCE dicho envío se produce al revés: cuando
hay una alteración en el sistema neuronal, desde las
receptoras se mandan endocannabinoides a las neuronas emisoras para que estas modulen su actividad. Por
ejemplo, ante un accidente cerebrovascular se liberan
grandes cantidades de un neurotransmisor llamado
glutamato que puede lesionar las neuronas receptoras. En este caso, para contrarrestar dicha actividad,
las neuronas receptoras envían endocannabinoides a
las emisoras para que cese su actividad en un proceso
retrógrado (en sentido inverso al de la transmisión),
en un intento de evitar que se siga produciendo daño.
Esto mismo ocurre con otros procesos neuronales, de
ahí que el SCE, como se ha explicado arriba, sea fundamentalmente un sistema de regulación homeostática.
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